viernes, 9 de noviembre de 2018

Bienvenidos y bienvenidas

La naturaleza es egoísta y nosotros somos una de sus consecuencias, así que, somos egoístas.

Ser egoísta significa que todo lo haces por y para ti, y cuando no te beneficias de algún modo (aunque sea subjetivamente) te generas malestar, dicho estado es el detonante de lo buen egoísta que estás siendo contigomismo, y si no tienes ese estado es porque has llegado a unas circunstancias que te permiten estar bien contigomismo.

Todo tiende a ser él mismo, y cuanto intentas en tu vida es por y para sí mismo, de manera que desde lo que se puede considerar más altruista hasta lo más ocultamente interesado, todo, absolutamente todo ha de conseguir la máxima de tu propio beneficio en la medida que tú deseas, de lo contrario, buscarás, antes o después, algo que lo compense.

Dichas compensaciones a las que todo ser está obligado a llevar a cabo en su día a día, le dirigen por su propio camino, tras el cual va dejando toda una historia que lo hace comprensible a ojos externos.

Esta comprensión es la que posiciona a cada ser en la búsqueda de su propia máxima arriba expuesta.

Tal es así la naturaleza que el comportamiento de cada ser está meticulosamente equilibrado mediante el nacimiento, la transmisión y la muerte.

Cada ser sólo es una consecuencia de las circunstancias que lo generaron y él será una de las circunstancias que genere otros seres.

Cada ser está compuesto por una corporalidad sometida a leyes físicas y químicas, y en sus relaciones existe un equilibrio bioquímico que se lleva a cabo mediante el alimento universal ATP, las drogas, las hormonas, las señales eléctricas, etc., en corpúsculos especializados alienados a unas órdenes internas inalterables y dependientes de un conocimiento instintivo automático del que se valen en su día a día para poder pasar lo mejor posible en cada momento de su vida.

Cada ser, dispone también de conocimiento y previsión de futuro instintivo que le permite aportar a la generación de la que él repercuta su granito de arena para un posible mejor futuro, pues, la naturaleza considera que lo realizado es una desadaptación necesitada de actualización constante mediante el sexo hacia un futuro mejor, que al ser mejor para ese ser, también lo será para la naturaleza, pues todo se reduce a ella.

Los seres más sociales, disponen de unos comportamientos de grupo que son pautas aprendidas con las que aprenden lo que ellos son y lo que tiene que hacer para sentirse lo mejor posible consigo mismos. Tal es así que suele existir un aprendizaje grupal que les da su identidad pues ésto es una adaptación de sus cualidades a la naturaleza en la que se desenvuelven.

Siempre, por defecto, todos los seres llevan adquirido un saber en el que no tiene que recapacitar para nada, tan sólo dejarse llevar por ello pues de no satisfacer sus necesidades, son ellas las amenazas que lleva implícita la conminación de cada momento, sienten malos estados que afligen a su ser que de no superarlos, le puede conducir a la muerte, aunque nada de ello sepa el ser, tan sólo sabe del dolor, la debilidad, la angustia, etc., y de sus contrarios.

Por último, en esta alienación de ser cada cual quien es, invadimos y utilizamos los medios naturales a nuestro antojo, sin mayor cuidado ni mayor previsión que la necesaria para sobrevivir el momento, y la naturaleza nos manda de un sitio para otro para poder satisfacer aquello con lo que ella misma nos fustiga, hasta que no podamos más y fenezcamos, sin que ello sea realmente importante, porque quien prevalece y prevalecerá siempre es la naturaleza de una u otra manera.

El egoísmo natural universal es éste y no otro, pero estamos los seres que nos creemos más, creando un mundo aparentemente ajeno a la naturaleza, despreciando, en algunos casos, los medios que nosotros necesitamos para sobrevivir en un grupo social llamado humanidad.

Esta humanidad, por variada y abundante que es, actúa como las bacterias en una placa de Petri relaciónandose y generando nuevas vidas que se aliementarán unas de otras hasta que se agoten sus recursos y esa superpoblación perezca entera,

El problema es que creemos en un mundo de conceptos que dirigen (o deberían) los actos humanos, englobando todos los comportamientos desde diferentes ópticas, religiosa, moralista, social, gubernativa, jurídica, belicista, etc.

Lo que no nos damos cuenta, es de que al igual que necesitamos comer egoístamente, todos nuestros actos son egoístas y hasta que no tomemos conciencia de nuestro mutuo egoísmo, no avanzaremos en egoísmo conjunto sino que imperará el egoísmo individual.

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